De vez en cuando, tras un poteo por la parte vieja donostiarra con dos de mis mejores amigos, se produce algo insólito: los tres sentimos, a la vez, la llamada del chuletón del Néstor. Debe ser cosa de telepatía…
Entrar en el bar, hacerse un hueco en la barra, saludar a Tito y compañía forma parte del ritual. Una vez situados, comienza el espectáculo:
Tomate para tres. ¿Cómo algo tan sencillo como tomate, aceite y sal puede llegar a ser sublime?
En plena vorágine tomatera, especulando sobre la posibilidad de reservar la mesa 19 para la próxima vez, aparece por allí Néstor que te saluda y te presenta la pieza de chuletón que luego felizmente vas a ingerir. Si el tamaño te parece bien le das el ok, si no te la cambia y listo.
Que os puedo decir… carne de calidad sabrosa, en su punto, que unido a un buen ambiente y al saber hacer del personal hacen que volvamos habitualmente a darnos este pequeño homenaje.
Para finalizar, queso del país con membrillo.
Bar Néstor
Pescadería 11. Donostia
www.barnestor.com
Kikeeee! Even estando en London already me he puesto a salivarrrrr!
Ya se quién eres
Por cierto, recuerdos al Txulelero