El asador Basque puede ser un buen final para una visita a Etxalar. Etxalar es una población situada en el norte de Navarra, en el límite occidental del Pirineo y a unos 25 km del mar Cantábrico. Enclavada entre montañas y prados verdes es famosa por su arquitectura popular y por sus palomeras.
Sin duda, merece la pena un pequeño paseo por su casco para ver la riqueza arquitectónica de este enclave. Entre sus casas edificadas en los siglos XVI y XVII destaca la torre medieval Gaztelu, junto al río. En las fachadas se mezclan signos religiosos con paganos para proteger los hogares y ahuyentar a los malos espíritus. Cruces cristianas conviven con eguzkilores, la flor amarilla de un cardo que se sitúa en la puerta como protección. En mis habituales visitas no dejo de asombrarme del conjunto, de la magnitud de las casas, sus tejados y alerones, balconadas y de la maestría de las tallas en madera que abundan por doquier. Daros una vuelta por la iglesia de la Asunción donde se puede contemplar la colección de estelas funerarias que hay en su entrada.
En los alrededores podéis subir a las palomeras, situadas entre Etxalar y Sara, (Francia). Una buena caminata para hacer hambre. En otoño los cazadores se dan cita esperar el paso de la paloma y cazarla según técnicas ancestrales. En noviembre, se celebran las jornadas gastronómicas de la caza donde se pueden degustar la paloma estofada en salsa y ciervo o jabalí guisado con guarnición.
En cuanto a la oferta grastronómica, hay diversos restaurantes donde hacer una parada. Yo suelo tomar el aperitivo en el Hotel Etxalar a la entrada del pueblo y en Herriko Ostatua, un bar junto al frontón cuya terraza en días de sol está a tope. Para comer mi preferido es el Asador Basque. Solía ir de pequeño con mi familia y hoy sigo haciéndolo con los colegas. Cocina tradicional, de producto local, buenas raciones y trato familiar. Calidad a precios ajustados. Durante el fin de semana se pone a reventar. Los visitantes se mezclan con los lugareños y el comensal francés. Reservar siempre.
Los entrates son perfectos para empezar. Deberíais pedir el paté que elaboran ellos mismos y la txistorra local que está espectacular. Si queréis algo de cuchara, las alubias o la sopa pueden ser una buena opción. De segundo, yo me quedo con el cordero local asado de forma tradicional. Para terminar, de obligada elección, su mítica tabla de quesos. El bueno de Antonio, el dueño y cocinero, sacaba a pulso la tabla circular de varios pisos donde situaba los quesos segun procedencia, sabor e intesidad. Aquello, que pesaba un rato, tenía su punto de litúrgia que muchos de por aquí hemos disfrutado. Actualmente ya no lo hace pero huelga decir que la calidad de los quesos se mantiene.
Para bajar la comida os propongo un paseo a la cercana ermita de Santa Cruz. Cuenta la leyenda que en el prado que hay junto a ella las brujas se reunían para celebrar sus akelarres y fiestas paganas.
Asador Basque
Iñarreta, 3
31760 · Etxalar – Navarra
T. +34 948 635 153 · MAPA