Siempre me ha gustado el café aunque no he sido un gran fan en su combinación con hielo. Hace cosa de dos veranos, durante un día de intenso calor, iba con mi hermano Gerardo arrastrando el cuerpo por el Boulevard donostiarra. En un momento decidimos tomar un café, la conversación discurrió de la siguiente manera:
G.- ¿Un café en el Museo del Whisky?
Yo.- Un café si, ¿en el Museo de Whisky… qué pereza no?
G.- ¿Cómo? ¿No has probado su café con hielo?
Yo.- Pues no, ¿qué pasa?
G.- Buff… ja, ja, ¡no tienes ni idea! Venga, vamos.
Allí fuimos. He de reconocer que la conversación me dejó a la altura del betún y que durante el trayecto al bar no estaba nada convencido sobre nuestro propósito. ¿Qué tendrá de especial? pensaba. Uno, cuando le nombran café con hielo, se figura lo habitual un vaso con hielos y café.
Al entrar allí tras saludar a Paul, antiguo compañero de batallas de mi hermano, nos prepararon la bebida en cuestión. Primero hacen un buen café, lo meten en la coctelera, añaden hielo y azúcar moreno líquido, (según receta de la casa), un meneito como mandan los cánones y a la copa. El resultado es sorprendente, lo podéis ver en la fotografía.
El sabor, la textura y la presencia es buenísima, con el punto justo de azúcar. Paul ha conseguido que me haga fan del café con hielo, de éste. Tenéis que probarlo.
Museo del Whisky
Boulevard, 5. Donostia
www.museodelwhisky.com
Eso lo tengo que probar yo… Si te digo que no he entrado ahí en la vida…
Deberías ir a tomarlo, más adelante hablaré de ottras joyas del Museo